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lunes, 12 de diciembre de 2011

VII - La Herida


Despertó asustado.
Pesadillas de muerte le asaltaban desde aquel día fatídico.
Su cuerpo era desgarrado por miles de heridas y su costado abierto por una herida que llegaba hasta el alma misma.
Y además estaba ella
Sus miradas incesantes, acusadoras e inculpatorias
Había tratado de morir, pero no pudo, la rama se partió y sólo logró quedar inconsciente por la feísima herida de su frente... tenía tan mal aspecto que hubo alguno que fue diciendo que estaba muerto.
Estaba claro, El quería que sufriera por su pecado.
Se acercó al ventanuco de la vieja casucha que había podido encontrar vacía y abandonada, medio en ruinas y sin apenas un tejado.
Casi cuatro días habían pasado y el menor de sus dolores era el ardor en su cuello, donde se veían aún las heridas de la soga o el dolor por la ulcerada herida de su cabeza; el peor dolor le atenazaba el alma hasta el punto de ahogarle la respiración.
Llamaron a la puerta
-Abre hermano, pues vengo en tu busca
Se quedó petrificado.
Un sudor helado le bañó el cuerpo de repente y solo el violento temblor que le acometió mostraba que su silueta no era la de una estatua, de tan lívido e inmóvil que se había quedado.
Esa voz.
-Abre hermano, pues vengo en tu busca -repitió la calmada y afable voz.
Se dirigió a la puerta, dando pasos que requerían de toda su fuerza de voluntad en cada uno de ellos, mas no osaba abrirla.
Un líquido caliente de penetrante olor resbalaba por sus piernas y se encharcó en el suelo, a sus pies.
La mano seguía en el asidero de la puerta y lentamente la abrió, encontrándose cara a cara con aquel al que tanto había amado, a quien habría seguido a las mismas puertas de la muerte y las habría cruzado por seguirle.
Una punzada de dolor en el costado, una sensación de calor cuando su sangre se derramó en el suelo y un frió helador a medida que esta abandonaba su petrificado cuerpo.
-Ma... Maestro... -apenas un susurro escapó de sus labios
-Que la sangre del Hijo de Dios, que baña esta Lanza Fatal, sea ahora tu Sangre. Que la herida que causaste sea tu herida. Tú que con tus acciones niegas la Luz de mi Padre al resto de los Hombres, quedas condenado a la Noche Eterna. Tú que oíste mis palabras serás su custodio y el azote de la humanidad por siempre. Aquel que oiga las Verdaderas Palabras del Hijo de Dios, sufrirá la ira de La Bestia Iscariote. Yo te nombro Avatar de La Humanidad.
Judas apenas podía moverse mientras sentía su cuerpo morir
-Mis Palabras son las palabras de Mi Padre, regalo a una humanidad que ha demostrado no ser digna de oírlas y todo el que las conozca de algún modo, desde este mismo instante, será presa de La Bestia Iscariote.
Cayó al suelo presa de temblores, mientras los fluidos de su cuerpo eran evacuados de su interior y la herida de su costado dejaba de manar sangre.
-Te condeno al hambre eterna que ninguna comida satisfará. A la sed eterna que ni el mas puro manantial de agua saciará. A la vigilia eterna, pues en sueños sólo las pesadillas de la condenación al martirio eterno de la carne hallarás. Tu cuerpo será inmaculado, mas portarás la herida que infligiste al Hijo de Dios Padre por toda la Eternidad
Su cuerpo se quedó quieto al fin.
La paz al fin.
Los ojos permanecieron cerrados hasta que una luz cegadora y un calor asfixiante le atenazaron
Abrió los ojos y un dolor lacerante le atravesó el cuerpo.
Se tocó el costado y vio con horror que podía introducir los dedos en el interior de su cuerpo.
El calor aumentaba a pesar de que apenas si había empezado a clarear.
Se refugió en la fresca oscuridad de la casucha y recordó las Palabras del Maestro... oscuridad eterna... y comprendió instintivamente que el sol le produciría un sufrimiento sin medida y empezó a buscar frenéticamente un lugar oscuro hasta que... se puso a cavar con ansia y cuando logró hacer un hueco para su cuerpo, se metió en él y lo cubrió de tierra... oscuridad para La Bestia
Judas Iscariote, La Bestia.

2 comentarios:

Anita dijo...

Me gusta la forma en la que nos haces esperar una cosa y luego terminas sorprendiéndonos. Vamos viendo el final, pero consigues que el final nos sorprenda. Eres un buen "relatista". Manejas muy bien el suspense y nos muestras un conjunto muy completo. Sigo diciendo que me gusta cómo combinas todos los sentidos: olfato, vista, tacto... Completas muy bien el escenario y es fácil imaginárselo con detalles. Y los sentimientos de los personajes muy humanos y muy reconocibles.
Por cierto... me has dejado intrigada con esa "ella". Espero que nos lo expliques en el próximo relato. Esperando con impaciencia el siguiente.

Alberto Abad "El Garras" dijo...

Como suele decirse "todo se andara".... ya sabes que nada esta seguro de como ira jurjurjur
Es lo que mas me gusta de crear historias, no saber que pasara, es divertido